El 6 de Abril de 1921 se le concede a Don Luís Ramírez Galuzo el nombramiento de Comandante de la Excelentísima Orden del Imperio Británico:
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Embajada Británica,Madrid6 de abril de 1921Muy distinguido señor mio:Tengo la Honra de participarle á V. que S. M. el rey Jorge V. del Reino Unido de la Gran Bretaña é Irlanda se ha dignado otorgarle á V. la dignidad de comandante de la Excelentíma Orden del Imperio Británico, en testimonio de su estima y alto aprecio.Por consiguiente me complace en alto grado el convidarle á V. a concurrir á esta embajada de S. M. Británica en Madrid el día de San Jorge, 23 de abril actual, á las cinco y media de la tarde, para recibir las insignias de la orden.En caso de que su asistencia de V. en el día indicado presente algún incoveniente, me propongo darle al señor Consul de S. N. Británica más cercano al lugar en donde V. reside, instrucciones para entregarle la referida condecoración, y le ruego porlo tanto que me indique cual es el Consulado al cual V. desea le envien las insignias.Aprovecho esta ocasion para ofrecerle á V. las seguridades de mi mas alta estima.
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CRÓNICA DEL ACTO PUBLICADO EN EL NOTICIERPO GADITANO DEL 04 DE JULIO DE 1921
Silenciar en estas columnas un acto de tan justa y merecida recompensa, implican una desatención, no sólo con el interesado, sino también con todos los vecinos de La Línea que hacen suya la recompensa que ostenta un hijo del pueblo, a quien se deben las mejoras de engrandecimiento y prosperidad de la ciudad:
La entrega de las insignias de C. B. E. a don Luis Ramírez Galuzo. —Información interesante.—Acto admirable de confraternidad.
Revistiendo gran brillantez, anteayer tarde tuvo lugar en Villa San José (Jardín de Saccone), en la vecina ciudad de La Linea, el solemne acto de la entrega al distinguido y admirado don Luis Ramírez Galuzo, de la preciada Orden del Imperio Británico, de la que desde Abril es miembro el Sr. Ramírez, en calidad de comandante de la misma.
Al acto asistieron las más distinguidas personalidades militares y civiles, tanto del vecino Campo, como de esta plaza, habiendo sido invitados y hallándose en su mayoría presentes, entre la nutrida concurrencia, que era recibida en la puerta principal del jardín por el comandante Pedley y el pro-cónsul don Juan Seaniglia quien los presentaba, don Luis Ramírez Galuzo el condecorado y los miembros de su familia don Rogelio Ramírez, don Luis y don José Ramírez Maresco, don Miguel Ramírez González, don Francisco Ramírez Galty, don Francisco Ramírez Soiza, don Luis Ramírez Ramírez, doctor don Federico y don Jaime Russi Ramírez, don Cayetano Ramírez González, don Vicente Ramírez Alvarez y don Cristóbal Ramírez Alvarez, don Luis López Ramírez, don Antonio Ramírez Galuzo, don Miguel García Ramírez, don Alberto Ahumada Ramírez, don Miguel Cruz Herrera, don Manuel Ramírez Galuzo y don José García Sánchez.
El Ayuntamiento hallábase representado por don José Cayetano Ramírez, alcalde, y concejales don Ricardo Ruiz Cuadro, don José González Rodríguez, don Francisco Berenguer, don Julio de las Doblas, don Juan Borgoñón, don Jacinto Duran, don Miguel Framit, don Rafael Naranjo, don M. Sánchez Chicardo, don Luis Castello Cervan, don José Vilar, don Martín Serrano Guerrero, don León Toledano Díaz, dun José Granado, don Emilio Fernández Madrid, don F. Ramos Fernández de Córdoba, don José Amaya y don F. Domínguez Molina.
Entre los señores que de ésta habían ido, contamos al cónsul general de España y vicecónsul, a don José A. Patrón C. M G., O. B. E., J. P., capitán Anderson, B. B. E., K. C. fiscal de este Tribunal Supremo y secretario colonial interino D. A. C. Greenwood O. B. E., J, P., tesorero colonial, coronel James O. B. E, editor de la -Gibraltar Chronicle»; coronel Wilder, Sir Bartle H. T. Frere K. C., L. L. B., jefe de policía don Juan Cochrane, don A. Fava O. B. E.
D. A. E. Ferrary, cónsul del Paraguay; don Héctor Bado, don V. Thomson, don José Marti, don Miguel Parral director de «El Calpense» y por «El Anunciador» nuestro redactor jefe don Miguel Puyol y don Hector Lícudi.
De Algeciras asistieron el diputado a Cortes por el distrito Excmo. Sr. Don José Luis de Torres, diputado provincial don Emilio Morillas y el teniente alcalde del Ayuntamiento de Algeciras, don Manuel García Bazo, director de la revista «Comercio».
Entre las autoridades de La Línea anclamos los nombres del Comandante Militar Subdelegado gubernativo, don Adolfo Díaz Enrique; capitán López Amor; juez municipal Sr. Infante; cura párroco, D. Juan Rodríguez Cantizano, teniente de la Guardia civil, D Enrique de Benito; Jefe de Policía y de la Guardia municipal; presidente de la Cruz Roja, D. Juan Díaz Escribano y Directiva de la misma institución.
Se hallaban representados Prensa Asociada y El Noticiero del Estrecho, por D. Constantino Romero.
También vimos entre la concurrencia, cuya lista se haría interminable, rogando no sean dispensadas las omisiones en que incurramos, a D. Guillermo Sánchez Cabeza y a los doctores don Francisco Escobar, D. Maximiliano Ramírez, D. Emilio L Mancheño y don Diego Calderón.
El digno Comandante militar de La Línea, ostentaba la representación del Gobernador del Campo de Gibraltar.
Reunidos los concurrentes en el bello jardín de «Villa San José», el Mayor Pedley, dignísimo vicecónsul británico en la vecina ciudad, procedió al acto de la imposición de tan alto honor pronunciando un bonito discurso. Se expresó en términos altamente afectuosos para el homenajeado, manifestando que nos habíamos reunido para efectuar un acto muy agradable.
Nuestro embajador en Madrid, fue requerido para que hiciese entrega a tan estimado amigo como D. Luis Ramírez Gaiuzo, de la insignia de Comandante de la Orden del Imperio Británico, que le ha sido conferida por S. M. el Rey Jorge V. a don Luis Ramírez goza de gran fama por sus bondades, tanto en esta ciudad como en su distrito, y ha sido él, quien, entre las comunidades de La Línea y Gibraltar, ha conseguido formar una unión fortísima.
Estaba seguro que todos los concurrentes nos asociábamos a él, en el gran placer que sentía al ser portador
de tal honor; recordó las pruebas de gran voluntad y afecto de que siempre le ha hecho objeto don Luis, durante su actuación como vicecónsul británico en La Línea, y quería hacer constar su agradecimiento hacía el Sr. Ramírez por las reiteradas facilidades que siempre le había dado.
Pasaba también a hacer mención del honor que nos había cabido al contar entre nosotros al activo diputado por el distrito, D.José Luis de Torres, a quien debíamos felicitar por haber escapado con suerte de la reciente catástrofe ferroviaria, y se congratulaba de la serie de circunstancias que contribuyeran a la presencia del diputado en este acto. No quería concluir sin expresar a las dignas autoridades linenses, su más hondo agradecimiento por las atenciones tenidas por aquellas hacia él, durante el tiempo que lleva como representante británico en La Linea. «Y ahora —terminó— tengo el honor, Sr don Luis Ramírez, de hacer a usted entrega de la insignia de Comandante de la Orden del Imperio Británico».
Visiblemente emocionado, el venerable don Luis aceptó la noble distinción con que el Gobierno británico le condecora; siendo objeto el agasajado de grandes muestras de afecto.
La insignia donada en sencillo y elegante estuche, es una medalla en forma de cruz, que ostenta en el centro el escudo de la Gran Bretaña, teniendo a su alrededor la inscripción «For God and the Empire»; sobre la cruz, una áurea corona británica, todo suspendido de una cinta morada.
Tras la entrega, D. Francisco Berenguer pidió tres vivas por D. Luis Ramírez, el Imperio Británico y la ciudad de La Línea, que fueron contestados con gran entusiasmo.
Luego, D. Ricardo Rúiz Cuadro, hizo uso de la palabra, y en bellos párrafos enalteció la inolvidable obra de D. Luis en la Linea; D. Luis era el padre de La Línea; el padre del pueblo, y en este era grandísima la satisfacción de conocer la distinción con que el Imperio Británico honraba al Sr. Ramírez. Tuvo frases sonoras de afecto y admiración para el festejado, evidenciando su amor a La Linea, en pro de cuyo progreso tanto se ha distinguido don Luis. Terminó el Sr. Cuadro su sentido discurso pidiendo emocionado unos vivas por Inglaterra, por España, el Señor Ramírez y La Línea.
Acto seguido y presa de la intima emoción que le causaba el simpático acto por el que nos reuníamos, el popular diputado por el distrito, D.José Luis de Torres, hizo uso de la palabra y en términos viriles y elocuentísimos manifestó cuan memorable para él sería esta grata fecha.
En sus luchas parlamentarias y forenses, nunca como hoy, había sentido una más grande emoción. Extendiéndose en un fogoso discurso, el elocuente orador tuvo para el Sr. Ramírez, frases del más puro y ardiente afecto. Al hacer mención de la distinción que el Gobierno Británico confería a D. Luis, el Sr. Torres hizo resaltar la pureza de los servicios que el Sr. Ramírez prestara en época de tristes circunstancias a la nación que hoy tan altamente le distinguía.
No habían sido los servicios del señor Ramírez, de esa índole vil que llegan a alcanzar el desprecio del mismo que los paga. No. La naturaleza de los servicios desinteresados del señor Ramírez, era tal, que esa condecoración con que hoy se le premiaba tanto honraba al que lia recibía como al que la ofrendaba.
(Aclamaciones).
Siguió vibrante y bello el discurso del diputado, cantando las virtudes de La Línea, del nexo de cariño que la une a Gibraltar, de los esfuerzos magnos de don Luis para desbaratar prejuicios y de su modos la enorme, pues habiendo podido llegar a todas las alturas, se había limitado a una misión patriarcal: a hacer La Línea moldeada en su espíritu bueno y emprendedor, transformando en una población importantísima desde su segregación de San Roque, lo que no era más que una aldea con cuatro barracas.
¡Lo de luchas que ha tenido que sostener, don Luis, lo de dificultades a vencer para deshacer leyendas absurdas y burdas, tramadas por la prevención y el prejuicio!
Su vida política estaba encadenada a la del Patriarca y con toda devoción él continuaría su obra magna, su obra genial.
Quisiéramos trasladar íntegro el magno discurso del prestigioso político, pero las exigencias del espacio nos fuerzan a terminar diciendo que fue una de las piezas oratorias más bellas que hemos oído al señor Torres, a quien en muchas ocasiones le interrumpieron los delirantes aplausos de la concurrencia.
Terminó el simpático y popularísimo político, haciendo un fervoroso elogio de la grandeza del Imperio Británico y de nuestro amado Monarca Jorge V, y finalizó pidiendo vivas que fueron contestados con delirante entusiasmo, por S. M. el Rey de España, por la Gran Bretaña, por La Línea y por don Luis Ramírez.
Una atronadora ovación acogió las últimas frases del diputado, que fue felicitadisimo por todos.
El prestigioso comandante Pedley, pronunció unas frases en castellano que se escucharon y aplaudieron con singular simpatía y acto seguido la numerosa y distinguida concurrencia pasó a los amplios salones de la suntuosa villa, donde fueron todos espléndidamente agasajados con dulces y pastas variadísimas, vinos de las más exquisitas marcas y ricos habanos y cigarrillos.
Luego en rato de amena y franca reunión en que quedaron una vez más evidenciados los sentimientos de ambos pueblos hermanos y ligados por tantos y tan respetables intereses, el homenajeado invitó a la concurrencia a pasar a su domicilio, en la fábrica de «La Concepción» de su propiedad.
En el jardín, los fotógrafos señores Bruzón y Garci-Sánchez, impresionaron diferentes grupos.
En el bello domicilio del nuevo C. B. E., se dispensó una hidalga acogida a todos, y también fueron espléndidamente obsequiados.
Alli, puso una nota de suprema belleza el elemento femenino, y la gente joven se dedicó un rato a «hacer música» deslizándose amables los momentos que se permaneció en la casa del «Abuelo».
Deseamos al «Patriarca» los más dilatados años de existencia y antes de terminar consignaremos nuestra profunda gratitud al digno comandante O. H. Pedley y al hábil pro-cónsul don Juan Scaniglia, por las atenciones y delicadezas de que nos hicieron objeto y nuestra más calurosa felicitación por la brillantez que revistiera el conmovedor acto.
(De El Anunciador de Gibraltar).
Nombramiento:
Jorge V por la gracia de Dios y del Reino Unido de Gran Bretana e Irlanda, y de los dominios más allá de las autoridades educativas locales, Rey defensor le otorga el rango de Comandante de la Orden mencionada, junto con todos y cada uno de los provilegios que le pertenecen o correspondan.Dado en nuestra Corte de Saint James en nuestro cantar manual y el sello de nuestra orden, con fecha nueve de marzo en el undécimo año de nuestro reinado.Por el Comandante SoberanoEl Gran Maestro
La dignidad de un Comandante de nuestro fin, dijo un presente, gozar de dicha dignidad y la fé, emperador de la India, y el soberano de la más Excelsa Orden del Imperio Británico al señor D. Luis Ramírez Galuzo.Saludo mientras nosotros hemos considerado oportuno designar y nombrar a ser comandante honorario de la división civil de nuestra dicha orden más excelente del Imperio Británico,lo hacemos por al presente os conceda:la Dignidad de un Comandante para la división civil de la orden del Imperio Británico al señor D. Luis Ramírez Galuzo
Luis Javier Traverso Vázquez
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Fotografias y Documentos cedidos por Carlos Ramírez Murto y escaneados por José Martínez Téllez y Cristobal Vera
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