Antes de transcribir este importante documento de 1766, en el libro "el Peñón de la Discordia. Historia de Gibraltar" escrito por George Hills, nos pone en situacion:
"El 30 de enero de 1766 toda la región sufrió una tormenta de una intensidad poco común. Empezó al amanecer...
«con un terrorífico y continuo trueno, y lluvia tras lluvia. Continuó durante toda la mañana y a eso de las dos, cayó un diluvio con enormes granizos, de forma puntiaguda y del tamaño de una nuez. En unos minutos, rompieron ventanas y arrasaron los árboles. Sucedió lo mismo a las siete de la tarde, y aunque los granizos eran más pequeños, la lluvia era más intensa y duró más tiempo. La mayoría de las casas de Algeciras fueron inundadas, pero los daños fueron pequeños comparados con los que se produjeron en Gibraltar. Allí las lluvias fueron más intensas, descendiendo el agua en torrentes por las laderas de la montaña, y para aumentar el terror de los habitantes, se produjo un gran estruendo, al arrastrar el agua escombros, grandes rocas y tierra. Los desagües de las murallas estaban cegados por la arena y las rocas, mientras que los granizos obstruían los desagües pequeños. En poco tiempo la parte baja de Gibraltar se convirtió en un lago; las viviendas más bajas y numerosos almacenes de ropa fueron inundados... Las rocas, tierra y arena arrastradas enterraron algunas de las viviendas de un piso, y llegaron hasta el primer piso de otras... Se tardó mucho en limpiar todo ello. El gobierno dijo que unas cincuenta personas habían perecido ahogadas, pero nadie creyó que esta fuera la cifra exacta, ni siquiera el gobierno».
También se inundó el foso delante de la muralla norte de protección, y ésta sufrió una brecha de unas veinte yardas de ancho, quedando arrasados los lugares donde estaban emplazados los cañones.
La muralla que seguía la línea del mar, también sufrió desperfectos en un largo de 130 pies. Luis de Borbon, conde de Crillón, que tres años antes había entrado al servicio de Carlos III, era entonces gobernador del Campo y comunicó al rey que éste era el momento de atacar Gibraltar. Se dice que Carlos lo prohibió, con estas palabras piadosas:
«nos beneficiaría mucho verdaderamente si poseyéramos Gibraltar; pero estando en paz con Inglaterra, no sería justo». Este dato sacado de Francisco de Cabarrus, Elogio de Carlos IH, Madrid, 1789; cf. Despachos del Gobernador Irwin, del 10 y 28 de febrero, P. R. O. Col. Office 91, volumen 15.
Cierta o no la explicación de su inacción, la sugerencia no pudo haber sido más inoportuna. Carlos III se estaba preparando para tomar una medida definitiva con el pueblo de Madrid. Carlos III estuvo muy ocupado con los asuntos internos durante los diez años siguientes para pensar detenidamente en Gibraltar."
Por este Motivo el Marques de Crillon mando cerrar todfa comunicación con la Plaza de Gibraltar con el fin de intentar la invasión de la Plaza.
Aunque depués en comunicación del 28 de marzo de 1766 la Gazeta comunica lo siguiente:
"Se sabe que el Comandante del Campo de san Roque ha restablecido la comunicación con Gibraltar. Y también se dice, que los habitamtesde esta última Plaza, en el miserable estado a que los redujo la tempestad del día 30 de enero último, recibieron de los españoles toda clase de socorros en provisiones frescas y otras cosas necesarias para la vida."
Transcripción:
Se advierte al Publico por orden
del Excmo. Sr. Gobernador Irwin, en consecuencia
de haber Marques de Crillon enviado la Comunicación
El Excmo. Sr. Marques de Crillon, habiendole parecido conveniente de dar ordenes a las avanzadas de no dejar Oficiales Ingleses pasar a España con la licencia de S.E. el General da este aviso a cualquier persona que al presente habitan en Gibraltar, que es menester que inmediatamente deterrminen el quedarse o irse de esta Guarnición, siendo que desde hoy no consentirá comuniciación alguna cona la Línea, ni permitirá ninguna persona que vaya y venga el pasar las Guardias avanzadas. Esta orden se dá en consecuencia de la conducta del Marques de Crillón y el Gobernador espera que será inmediatamente obedecida.