En agosto de 1939 se implanta el racionamiento de la población y pronto se comprobó que los alimentos suministrados carecían del mínimo valor nutritivo necesario para la subsistencia ya que estaban compuestos de forma predominantes por garbanzos, patatas, boniatos, pastas para sopas, bacalao y muy de tarde en tarde por carne de membrillo, chocolate terroso incomestible y jabón. Como se puede comprobar el déficit de hidratos de carbono y grasas, así como la carencia de vitaminas, calcio y hierro era evidente.
El pan, que antes era el alimento base de las familias modestas, se convirtió en otro apreciado artículo de lujo ya que su racionamiento, en el mejor de los casos, para aquellos que tenían una cartilla de racionamiento de tercera, las cantidades oscilaban entre los 150 y 200 gramos. Tras este desastre floreció un mercado negro de productos que por sus precios sólo estaban al alcance de privilegiados afectos al régimen fascista; el resto de la población se convirtió en devoradores de almortas, altramuces, salazones y castañas.
el suministro del racionamiento era tan irregular e imprevisible que durante semanas se proveía a la población por ejemplo de aceite, bacalao y jabón, en otras de pasta para sopa, azúcar y un huevo o garbanzos, tocino y carne de membrillo.
Así que, acontinuación, vais a ver diferentes documentos de esa época.
Luis Javier Traverso Vázquez